Breaveheart
es un clásico del cine histórico, con la memorable frase “Puede que nos quiten
la vida, ¡pero jamás la libertad!”. Dirigida y protagonizada por Mel Gibson en
1995, está basada en la vida de William Wallace, un héroe escocés que participó
en la Primera Guerra de la Independencia Escocesa.
William
Wallace nació en 1270, al ser el hijo menor no le correspondía suceder a su
padre en la labor de las tierras por lo que su vida estaba orientada al clero.
Recibió una educación importante a manos de su tío clérigo en la abadía de
Dunipace donde pasó gran parte de su adolescencia.
La
situación en Escocia era turbulenta ya que la heredera del trono, Margaret “la
doncella de Noruega” era una niña, esto provocó que se colocase una regencia
del consejo de gobierno. Eduardo I de Inglaterra quiso casar a su hijo con
Margaret para unir Escocia e Inglaterra, pero la muerte de la princesa en 1290
fastidió el plan y provocó numerosas tensiones entre los nobles escoceses.
Eduardo I los derrotará e invadirá Escocia en 1296.
Ese
mismo año, Wallace junto con un grupo de hombres atacó al pelotón inglés,
asesinando a gran número de soldados. Días después fue encerrado en prisión,
tras esto, William comenzó a juntar y preparar hombres para luchar contra la
dominación inglesa.
En
septiembre de 1297, Wallace destruyó al gran ejército inglés en la batalla del
Puente de Stirling. A su vuelta, fue nombrado Guardián de Escocia.
Posteriormente, envió una tropa a conquistar York, desde ahí salían los ataques
a tierras escocesas.
En
abril de 1298, las tropas inglesas capitaneadas por el rey de Inglaterra,
Eduardo I se enfrentaron en la batalla de Falkirk a las tropas escocesas.
Aunque Wallace tenía un arma secreta, los Schiltroms (soldados con lanzas de
dos metros para detener a la caballería), los ingleses devastaron a los
escoceses.
Finalmente,
en 1305 Wallace fue condenado a muerte por traición al rey. Tras una serie de
torturas, su cuerpo fue cortado en cuatro partes y repartido por distintas
partes de Gran Bretaña para amedrentar a los enemigos de Inglaterra, sus brazos
fueron enviados a Newcastle y a Berwick, sus pies a Perth y Aberdeen y su
cabeza, colgada en el puente de Londres.
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