La
Dinastía Ptolemaica fue fundada por Ptolomeo I Sóter, general de Alejandro
Magno, de la que proviene el nombre. Esta dinastía gobernó el Antiguo Egipto
durante el periodo helenístico desde el año 323 a. C., año en que tiene lugar
la muerte de Alejandro hasta el año 30 a.C. cuando se convierte en provincia
romana. También se le conoce con el nombre de Dinastía Lágida, ya que Lagos era
el nombre del padre de Ptolomeo I.
La
capital de este reino fue Alejandría, así lo estableció Ptolomeo. Alejandría
era un pequeño pueblo en aquella época, pero fue tomando poder hasta que se
convirtió en el principal centro comercial e intelectual de la antigüedad.
Esta dinastía adoptó desde sus orígenes las costumbres egipcias y consiguió ser una constante enemiga de la dinastía macedónica de los Seléucidas. Tuvo un dominio importante en la Cirenaica (noreste de la actual Libia), así como en el sur de Canaán y Chipre.
Durante
el reinado de uno de sus monarcas, Ptolomeo V, concretamente en el año 197
a.C., se publicó un decreto en tres tipos de escritura sobre una piedra negra
que se conoce hoy en día como Piedra Rosetta.
Su
última gobernante fue Cleopatra VII. Tras su muerte y la de su hijo, Cesarión
(Ptolomeo XV), la dinastía despareció y Egipto acabó siendo anexionado por Octavio
(futuro emperador César Augusto) al Imperio Romano.
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