Nos encontramos ante una de las
esculturas más conocidas del arte egipcio. De autor desconocido sabemos que fue
realizada durante la IV Dinastia (entre
A pesar de ser una obra del arte
egipcio, esta pieza no presenta tan marcados los típicos rasgos hieráticos y
rígidos característicos en esta civilización.
La obra nos muestra a Seneb, un escriba real, junto a su mujer y dos de sus hijos. La pareja está sentada sobre un banco en el que los jeroglíficos nos indican los nombres, títulos de los representados y el cartucho del faraón Didufri.
El hombre aparece con las piernas cruzadas, postura típica de los escribas. Esta postura no solo sirve para recalcar su puesto sino que el autor de esta forma naturaliza y quita importancia a la deformidad física del hombre (tiene las características típicas del enanismo). En el espacio vacío que dejan sus piernas, el artista ubica a sus hijos. Respecto a sus vestimentas el hombre lleva un faldellín, típico de la indumentaria de los hombres, mientras que su mujer lleva un vestido blanco que llega hasta sus tobillos.
Algo destacable en esta
representación son las expresiones de los personajes. Si por algo se
caracteriza el arte egipcio es por plasmar rostros hieráticos pero en esta obra
no se sigue esa características. Aunque Seneb aparece con rostro serio podemos
adivinar el inicio de una sonrisa en su rostro mientras que en su mujer está
sonrisa se nota mas fácilmente y esta abraza suavemente a su marido. En cuanto
a los niños (un niño y una niña) que se muestran desnudos y llevándose un dedo
a la boca lo que nos indica que sus edades estarían próximas a la infancia.
Sobre Seneb sabemos que fue un
funcionario judicial de alto rango en el Antiguo Reino que tenía una gran
importancia y riquezas, y estuvo casado con Senetites, una alta sacerdotisa.
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