Debe su nombre al apellido de quién fue su descubridor, el
arqueólogo Juan de Mata Carriazo y Arroquia. La pieza apareció cerca de Sevilla
y fue encontrada en un mercadillo de antigüedades en los años 50.
Este bronce pertenece a la civilización tartésica y es una de las obras artísticas más conocidas de este pueblo. Esta cultura se extendió por la baja Andalucía y se desarrollo entre el siglo XII a.C. al V a.C. La obra representa a la diosa Astarté (cuya divinidad fue asimilada de la civilización fenicia).
La pieza está datada entorno al 625 -
El conjunto de las aves (que parecen ser acuáticas) junto a las plantas que lleva en sus manos (parecen lotos) nos indican que esta diosa tendría un dominio sobre este elemento por lo que se ha interpretado como una divinidad local de las marismas y los esteros (zonas pantanosas).
Actualmente esta pieza se encuentra en el Museo Arqueológico de Sevilla.
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