El
trasgo o trenti es el nombre que reciben los duendes en la mitología propia del
norte de España. Se afirma que este fenómeno tiene origen celta pero que se
extendió por todos los pueblos que habitaban la Península Ibérica tras la caída
del Imperio Romano como pueden ser visigodos, suevos, francos, etc. En otros
lugares de Europa, reciben el nombre de kobold, gremlin, silfo, goblin o gnomo.
Se
representa con forma humana, un duende familiar, pequeño o incluso invisible
que habita el hogar; suelen tener la tez morena, visten con blusa y gorro
picudo colorado, suelen tener la mano izquierda agujereada y un carácter
inquieto, travieso y juguetón. A veces, se representa cojo (de la pierna
derecha), con rabo y en ocasiones hasta con cuernos.
Este
duende se asocia con despistes y la desaparición de objetos necesarios. Como
todos los duendes, disfruta haciendo travesuras, a veces, destroza los enseres
domésticos. También se le suelen adjudicar los ruidos nocturnos que nos
despiertan por las noches ya que suelen entrar por las noches en las casas
cuando todos dormimos.
Deshacerse
de él es complicado, ya que, si nos mudamos, él también lo hará, pero para ello
se suele pedir que se hagan una de estas tres cosas: traer lleno un cesto de
agua, recoger a puñados maíz u otro cereal y/o mudar en blanco el pellejo de un
cabrito o carnero negro. Al no poder hacer ninguna de estas tres cosas, se
enfada y se va avergonzado.
En
ocasiones se les confunde con los orcos de diversas obras de literatura fantástica
porque tienen cierta relación con los elfos. Esto también se debe a que en la
traducción al español de El Hobbit (J. R. R. Tolkien) se emplea la palabra
“trasgo” para hacer referencia a criaturas humanoides de gran tamaño que luego
se denominarán “orcos” en la traducción de El Señor de los Anillos, generando
así gran confusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario