sábado, 8 de mayo de 2021

Los Íberos y la Cámara Sepulcral de Toya

 

Los pueblos que habitaban el levante y el sur de la Península Ibérica durante la Edad del Hierro (siglo VII – siglo I a.C.) reciben el nombre de iberos por los antiguos escritores griegos. Algunos de estos pueblos son los oretanos, elisices, andosinos, turdetanos, sordones, edetanos, sedetanos, ceretanos, airenosinos, indigetes, castelanos, lacetanos, ilergetas, bergistanos, entre otros.

El territorio donde se asentaban estos pueblos recibe el nombre de Iberia, se extiende por la zona costera desde el sur del Languedoc-Rosellón hasta Alicante, por el valle del Ebro, valle del Segura, la zona meridional de La Mancha y oriental hasta el río Guadiana y por el valle alto del Guadalquivir.


Mapa de localización de los distintos pueblos Íberos

En lo social y político, era una sociedad aristocrática, basada en linaje extenso, grupo de parentesco unido por antepasados comunes. Para poder ampliar su poder, los aristócratas necesitaban aumentar la cantidad de miembros del linaje, para eso se empleaban relaciones de clientela, las familias forman parte del linaje sin tener relación parental. A cambio de esto, toman el nombre gentilicio del aristócrata, cabeza de la institución y entregaban una parte de su producción agraria al príncipe a cambio de una tierra para cultivar o formaban parte de su ejército, entre otras cuestiones.

Los iberos produjeron el instrumental agrario y armas en hierro, fabricaron cerámica a torno, impulsaron la agricultura cerealista con el molino rotatorio. Tuvo una gran importancia, también, la arboricultura como nueva estrategia agraria, almendro, vid, olivo y frutales.


Guerrero íbero de Porcuna, Jaén

Era una cultura urbana porque la identidad se fijaba a partir del lugar de residencia, los oppida, recintos fortificados con trazados urbanos con calles paralelas y perpendiculares. Sus casas estaban ordenadas en manzanas y levantadas con zócalo de piedra, paredes de adobe y cubiertos de barro y caña.

Por último, son importantes los cultos y ritos funerarios que reflejan la organización y evolución socio-ideológica de la sociedad, tanto las tumbas como los ajuares muestran las diferencias sociales entre los príncipes y sus clientes.


Caja de los Guerreros, Arjona (Jaén).


Caja funeraria, Galera (Granada).

Un importante ejemplo de la cultura funeraria ibera lo encontramos en la pedanía de Toya (Peal de Becerro, Jaén). Aquí se encuentra lo que es considerado como el mejor ejemplo de arquitectura funeraria de la cultura ibera en la Península Ibérica.


Cartel de entrada al complejo funerario

Probablemente fue realizada para acoger el enterramiento de un príncipe ibero pues así lo demuestra el costoso y alto nivel de construcción y su ajuar funerario que es característico de un príncipe y su familia.

Su cronología nos permite datarla entre finales del siglo V a.C y principios del IV a.C y permaneció oculta hasta 1909 cuando un vecino la descubrió mientras labraba.


   

                                                                   Entrada a la tumba

La tumba tiene una estructura rectangular y se divide en tres naves, de las cuales las laterales están divididas, dando lugar a un espacio con cinco cámaras. La nave central presenta un banco corrido en sus laterales desde las jambas de las puertas laterales hasta el final del espacio donde se abre una hornacina que ocupa el centro de la pared oriental.



Mapa de la tumba

La nave de la izquierda se divide en dos espacios, el primero parece ser una antesala sin decoración alguna, mientras que el segundo presenta una hornacina rectangular en su pared oriental. La nave de la derecha tiene la misma división que la de la izquierda pero su antesala tiene un banco corrido desde la puerta de entrada hasta el acceso a la otra estancia. Esta presenta también un banco corrido y en su pared oriental y en la derecha encontramos hornacinas rectangulares.


                     

Las puertas que contiene son simples vanos rectangulares excepto las dos puertas que comunican las tres naves que presentan una curvatura en su parte superior dando la sensación de un falso arco. Todo el conjunto está realizado con sillares perfectamente encajados mientras que el techo esta cubierto con grandes losas de piedra.


A pesar del expolio que sufrió se ha conservado la "Bicha de Toya" (Museo Arqueológico Nacional) y alguna crátera, visible en el Museo de Jaén. Como curiosidad en este museo encontramos una recreación de esta cámara sepulcral.



Considerada Bien de Interés Cultual desde 1918, el pueblo de Peal de Becerro creó un centro de interpretación donde enseñan el mundo de la muerte y los ritos funerarios de esta cultura.

Fotografías @delatorregranados (Instagram) y D.Anguís Fotografía (Facebook)












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